¿Por qué pinto?

 

Pinto porque es la forma en la que puedo expresarme con autenticidad.  Me siento libre durante el proceso, y cada una de mis obras representa lo que siento y lo que soy. Impregnadas de aciertos y errores, expresan mis dudas y mis certezas, mis anhelos y mi realidad.

Me apasionan los colores, cómo juegan entre ellos, como se transforman, la sutileza de sus matices, la magia de los grises. Un universo infinito, que es filtrado por nuestros ojos, transformándose en una forma de expresión. Les damos nombres a los colores, pero son únicos e irrepetibles, son nuestros colores, los que cada uno ve y siente.

Cada color de mi paleta tiene su nombre y mi apellido. Las formas dan vida a una composición. Círculos, triángulos, tercios, ondas… siempre están ahí, aunque no se vean, sosteniendo la armonía, provocando movimiento, ayudando a conseguir el difícil equilibrio entre solemnidad y sutileza. En un segundo plano dirigen nuestra mirada, ayudándonos a transmitir el mensaje.

Trabajar con papel, lápiz, agua, pigmentos, pinceles,… dejar a las manos trabajar, dejar que las manos piensen, esa sensación de fluidez es difícil de explicar. Entornar los ojos, alejarse de la obra, ayuda a cambiar la perspectiva para descubrir nuevos elementos, para añadir matices, para cambiarlo todo, o dejarlo como está. Son esas decisiones las que hacen cada obra única.

Todo cambió cuando deje de pintar para los demás y empecé a pintar para mí, a confiar en mi propia búsqueda, en mi propio estilo. Y sigo buscando, evolucionando, del arte figurativo al realismo mágico. Estudiando, admirando, aprendiendo de otros artistas y de mi misma. 

Saludos y buena suerte.

 

 

 

 

Rocío